domingo, 28 de febrero de 2010

Progresa adecuadamente. (2)


Sin la feliz conjunción de la izquierda y el nacionalismo todo esto no habría ocurrido. Te cuento cómo fue. En 1985 los socialistas aprobaron una nueva ley orgánica, la LOGSE, que ponía patas arriba el modelo de enseñanza tradicional. Sólo unos datos para que veas el alcance de la remoción: el Bachillerato, que como sabes ya había perdido mucho peso con la reforma de Villar Palasí, quedaba reducido a dos tristes anualidades; aparecía la Secundaria, lo que permitía alargar el periodo de enseñanza obligatoria hasta los 16 años y escolarizar a la fuerza a muchos jóvenes que, a esa edad y en condiciones normales, ya estarían preparándose para su inserción en el mundo laboral; se implantaba la igualdad por decreto, eso es, la nivelación por abajo, con alumnos que pasaban de curso aunque tuvieran todas las asignaturas suspendidas; y el profesorado sufría una igualación similar, puesto que los maestros se codeaban con los agregados de instituto, y los catedráticos -por lo menos en Cataluña- debían conformarse con tener la condición de tales. La consecuencia de todo ello fue que los colegios y los institutos se convirtieron en una prolongación de la guardería, hasta el punto de que, a estas alturas, incluso la universidad empieza a semejar ya un parvulario.

jueves, 25 de febrero de 2010

Progresa adecuadamente


A partir de hoy os iré colgando retazos de "Progresa adecudamente", el libro que Xavier Pericay publicó en 2007.


Para que me entiendas, te diré que el franquismo se ha convertido en un gran tabú, en la mismísima encarnación del mal. Es algo de lo que no puede hablarse, como no sea para certificar que todo cuanto pasó en aquellas tres largas décadas debe ser borrado de la historia. Imposible realizar un análisis serio, frío, documentado. Por supuesto, no todo el mundo opina lo mismo. Pero son pocos, sobre todo en Cataluña, los que se atreven a alzar la voz para recordar que había cosas, en aquel régimen, dignas de ser conservadas. El modelo educativo, por ejemplo. No en su totalidad, claro está, pero sí en lo que podríamos llamar su esencia. Es decir, en lo que tenía de continuidad con respecto a la enseñanza tradicional, ya fuera la vinculada a la Iglesia -aquí tienes otro tópico, el de que toda la enseñanza religiosa fue perniciosa-, ya fuera la de aquella República liberal que tanto prometía y en tan poco quedó. Pues bien, este cordón umbilical que muchos profesores de enseñanza media contribuisteis a salvar, con vuestro esfuerzo y vuestro ejemplo, durante casi cuarenta años, de las miserias morales e intelectuales del régimen franquista, se ha ido al traste. Y, ¡oh paradoja!, por franquista precisamente.

El nacionalismo siempre se está insinuando para captar pardillos

sábado, 13 de febrero de 2010

Los españoles pagaremos los gastos de traducción de nuestros europarlamentarios en Bruselas


Un texto de Juan Julio Alfaya


Hay que reconocer que para algunos artículos de lujo y demás caprichitos identitarios hay más dinero que para las necesidades más apremiantes de los españoles. Los europarlamentarios españoles, que hablan y conocen perfectamente el idioma oficial de su Estado, es posible que pueden utilizar sus respectivas lenguas vernáculas en los debates parlamentarios, ya que el gobierno ha decidido que "España" (o sea, los españoles) pagaría los gastos de traducción. Es decir, un europarlamentario gallego, vasco o catalán, que habla perfectamente el español, podrá permitirse el lujo de hacerlo en su lengua vernácula gracias a que la factura de los traductores la pagaremos, como siempre, las castigadas clases medias de este país, algo que ni a Kafka le hubiera salido más kafkiano.

El encargado de tramitar tan absurda e innecesaria petición ante el presidente del Parlamento Europeo, el polaco Jerzy Buzek, será Diego López Garrido que a estas alturas ya se encuentra en Bruselas para transmitirles a los altos dirigentes de las instituciones europeas la nueva genialidad que, con toda seguridad, ha surgido como una pompa de jabón del cerebro vacío del Acariciador de Obama.

Los diputados y las diputadas, los miembros y las miembras que viven a cuenta de nuestros impuestos "wie Gott in Frankreich" (expresión alemana que significa "como Dios en Francia") podrán, por fin, quitarse de encima el ignominioso peso de tener que expresarse en la lengua oficial de su Estado.

Espero que el representante de las Islas Canarias pueda, por fin, expresarse en Bruselas mediante el silbo gomero. La pena es que no viva Luis Buñuel para filmarlo y deleitarnos con la más surrealista de sus películas.

miércoles, 3 de febrero de 2010

El pringao catalán

Edurne Uriarte en ABC

La represión lingüística catalana es, como toda represión, caprichosa y arbitraria. Vamos, que no sigue un patrón de justicia y equidad. De ahí que se cebe en los más vulnerables, en los menos poderosos, en los más débiles para responder al Gobierno catalán. O sea, en los pringaos, que constituyen uno de los aspectos llamativos de este abuso incontrolado de poder en que se ha convertido la persecución del castellano en Cataluña. Sean los pequeños comerciantes, los empresarios de las salas de cine o los padres de niños en edad escolar.
El Gobierno catalán le pone una cuota o una multa al empresario de las salas de cine o al pequeño comerciante, arrasa con el español en el sector educativo, pero no se le ocurre, sin embargo, hacerles lo mismo a los grandes periódicos catalanes. Y que me perdonen los colegas catalanes, que esto es un mero argumento teórico y no es que yo quiera dar nuevas ideas represivas a Montilla y compañía. Pero si se trata de poner cuotas y multas para imponer el uso del catalán, no se entiende por qué se hace con las salas de cine pero no con los periódicos. O con los editoriales, todos obligados a publicar la mitad en catalán. O con el teatro. O con todas las páginas de internet.
Que es exactamente lo mismo que sucede con las cuotas de género. Se aplican de forma arbitraria en los sectores más débiles y menos respetados, pero el Gobierno no se atreve con una buena parte del propio Estado, la medicina, los transportes, el Ejército, la judicatura, por ejemplo, ni mucho menos, con los medios de comunicación. Por si acaso.
Por si hay un acto de rebelión colectiva por parte de los que pueden. De ahí que la represión lingüística catalana se sustente en un peculiar sistema de hipocresía social. Todo el mundo hace grandes proclamas de fe en la sacralidad del catalán. Y para que cunda el ejemplo, pagan los pringaos.

martes, 2 de febrero de 2010

Salvar a la patria cuesta una pasta

Félix De Azúa en El Periódico de Catalunya

Es una grave injusticia la escasa gratitud pública que mostramos hacia el heroico Gobierno de Catalunya. Lleva ya un montón de años luchando a brazo partido contra los catalanes, tratando de persuadirles para que sean catalanes, pero los catalanes, gente montaraz e insumisa (ya se vio en tiempos de Franco), no se enmiendan.
Lo han intentado por todos los medios, con sermones de altísimo rigor intelectual (ahí ha destacado el joven Herrera de finos aires abaciales), con el ejemplo a la manera de los misioneros en tierra pagana (¡mártir Carod!), y también con la firme mano que sostiene la porra. O sea, con multas, una fruslería, una futesa: entre el 2003 y el 2006 recaudaron 225.225 euros en sanciones contra catalanes con ramalazo español. Los últimos tres años han superado tan tímida cifra, pero no hay datos solventes para no dar armas al enemigo. Considérese que cada multa obedece a una denuncia previa, ya que hay un número discreto de patriotas (lo mejor de la sociedad, no hay que decirlo) que se sacrifican denunciando al prójimo. Una auténtica élite secreta que constituye el escuadrón de choque del social-nacionalismo de Montilla.
Pero no hay descanso. Hoy son los catalanes que tienen el privilegio de poseer salas de cine los que se niegan a catalanizar su negocio. Dicen que el doblaje al catalán les arruinaría, como si eso fuera una excusa. ¿Se imaginan a san Ignacio de Loyola arguyendo que cristianizar la China iba a ser la ruina? Ya se sabe que salvar una patria siempre cuesta dinero. ¡Sobre todo cuando se tiene en contra a la población!
En los últimos 30 años, nuestros misioneros políticos han gastado cientos de miles de millones de euros (ajenos, por suerte) para obligar a los catalanes a que sean catalanes. Ya se ve que la cosa no va como la seda. Por eso suenan voces en el Gobierno catalán que estudian una alternativa audaz: emigrar a Zaragoza. Según expertos profesores de la Universitat Autònoma, los aragoneses están deseando ser catalanes y la capital de Catalunya quedaría preciosa junto a la Pilarica. ¡Les deseamos de todo corazón un gran éxito!