martes, 24 de enero de 2012
De lenguas propias.
La lengua propia debe llevar aparejadas ventajas económicas, laborales o sociales, y otorgar cierta protección a los miembros de la comunidad, para que se animen a aprenderla y para que sientan que ocupan una posición preferente respecto a los que no la dominan: ese será el síntoma de que sus administradores han negociado bien el reparto de poder. Esto tiene concecuencias negativas inmediatas para quienes no la hablan en absoluto o la aprendieron de adultos: la destreza de quienes la recibieron como lengua materna, los catalanes puros, siempre será superior.
Lenguas en guerra, IRENE LOZANO
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