sábado, 7 de enero de 2012
Una lengua común a todos los ciudadanos
Pero, ¿a qué fines sirve la normalización lingüística?; ¿al restablecimiento del orden natural de las cosas, o al amor a la lengua de los ancestros? Si bien hay elementos sentimentales y románticos en esa política, que en muchos casos entran en el campo del puro delirio, la verdadera razón es más inconfesable -y lo verdaderamente natural, por otra parte, es que las lenguas cambien, se extingan y dejen lugar a otras-. El problema radica en que cualquier comunidad civil y política digna de tal nombre necesita una lengua común a todos los ciudadanos. No es desde luego un requisito indispensable: hay comunidades políticas divididas por la misma lengua; por ejemplo, Estados Unidos y Gran Bretaña, como decía Bernard Shaw com preciso sarcasmo, o los países latinoamericanos, o los árabes. Viceversa, existen comunidades políticas muy sólidas y plurilingües, como Suiza. O la propia España, ¿por qué no?
Movimientos cívicos, CARLOS MARTÍNEZ GORRIARÁN
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