Y así estábamos. Llevábamos tiempo hablando de la irritante situación de Cataluña y su nacionalismo asfixiante. Distinta, desde luego, de la sufrida en el País Vasco. En Cataluña es todo más sutil. A diferencia del nacionalismo vasco, de corte sabiniano más expreso, el nacionalismo catalán sólo en la intimidad más vergonzante puede exhibir como razón el que tengamos una naturaleza propia que aguan los charnegos. En nuestro caso, la famosa "diferencia" la fundamentamos en la superioridad cultural (el catalán nacionalista cree firmemente que aún existen "Las Hurdes") y en la lengua.
Citileaks: los españolistas de la plaza real, Mª TERESA GIMÉNEZ BARBAT
domingo, 7 de octubre de 2012
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