miércoles, 15 de diciembre de 2010

Los mitos de la Historia de España. (68)


José Antonio Primo de Rivera y su Falange estaban de capa caída desde que en 1945, con el final de la segunda guerra mundial, los apoyos exteriroes más importantes del dictador habían sucumbido y éste se encontraba indefenso ante el mundo. Con la depuración de los políticos e ideólogos fascistas que se avecinaba en Europa, nuevas voces internacionales y viejas voces del exilio pusieron el acento personal en la condena de la excepción española y exigieron el relevo de Franco. Fueron los peores momentos de la historia del régimen. El gobierno republicano en el exilio recobró, momentáneamente, su viejo horizonte. La correspondencia epistolar con don Juan de Borbón subió de tono y el pretendiente se sintió con arrestos suficientes para disparar su manifiesto de Lausana, emplazando solemnemente a Franco para que "reconociendo el fracaso de su concepción totalitaria del Esatdo" abandonase el poder. La guerrilla del maquis, que desde la guerra civil venía luchando en los montes por un puro acto de fe o de supervivencia, se cargó de utopía con la esperanza de que las potencias aliadas sostuviesen la causa republicana española.

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