lunes, 16 de enero de 2012

Un desvarío


Ninguna identidad nacional debería anteponerse nunca al progreso de las personas. Si además resulta que el español permite a sus hablantes establecer contacto con otros 400 milllones de seres humanos, fomentar el monolingüismo resulta, sencillamente un desvarío cuyos máximos perjudicados son los habitantes de esa nación en construcción.


Lenguas en guerra, IRENE LOZANO

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