sábado, 7 de marzo de 2009

La ciudad que fue. Barcelona, años 70. (XI)

Hoy Losantos escribe sobre Jesús Royo.



Jesús Royo Arpón es catedrático de Lengua y Literatura Catalana desde hace más de tres décadas. Como tantas otras veces a lo largo de su carrera docente, al profesor Royo le tocó en suerte cargar con la instrucción de un expediente disciplinario a un alumno que había faltado al rspeto a una profesora. Pero esa vez eligió redactar su informe en castellano. "Lo hice en castellano: no voy a explicar el motivo -dijo él mismo-, sencillamente porque no creo que nadie tenga que justificarse por hablar en una lengua oficial. Lo hice en castellano porque sí. La Junta Directiva no me lo aceptó...". Así empezó esta asombrosa "novela ejemplar" sobre la anormalización.

Respuesta de la Junta:

Estimado Jesús:
Me hago con tu informe de la instrucción de J.B. que me hiciste llegar justo antes del inicio de la reunión de la Comisión de Convivencia del Consejo escolar, el pasado martes, 27 de Octubre.
Al empezar a leerlo me extrañó que estuviera en castellano ya que el catedrático de lengua y literatura catalana es rigurosamente competente en lengua catalana. Por otro lado, la lengua vehicular del centro es el catalán y nos gustaría que todos aquellos componentes de la comunidad educativa que son competentes en catalán realizaran sus actividades académicas y extraescolares en catalán. Por tanto, te agradeceríamos que nos hicieras llegar el informe de la instrucción en lengua catalana.
Muy cordialmente,
Josep


Respuesta a la Junta:


Apreciado Josep:
Lamento que por mi culpa se haya creado un pequeño conflicto con relación a la lengua en que se ha hecho mi informe. Como ves, te escribo en catalán, renunciando -¡una vez más!- a mi derecho. Pero, si se trata de no escandalizarse, cedo, no pasa nada.
¿Por qué opté por hacer el informe en castellano? La verdad es que no tendría por qué justificarme. El castellano es la lengua oficial de Cataluña, es mi lengua materna, y la lengua de la mitad de los catalanes (75 por ciento de los chicos de Mataró). Más bien deberíais ser vosotros quienes tendríais que justificar por qué no aceptais con total normalidad un informe en castellano. Pero te lo voy a decir: en una reunión del Foro Babel -del que soy miembro fundador- con los dirigentes de EUiA (Esquerra Unida i Alternativa), uno de ellos mantenía que cada cual es totalmente libre de impartir clases u otras actividades académicas en castellano. Yo le aseguré que al día siguiente tenía que presentar un informe, y le prometí que lo redactaría en castellano, a ver qué pasaba. El resultado está a la vista.
Para mí, la conclusión está clara: el castellano no se puede utilizar con normalidad en el instituto. Sólo es tolerado en una conversación espontánea, no reglamentada, o como una conducta por defecto. Si no eres competente en catalán. ¡Cómo si hablar en castellano fuera una anomalía, una deficiencia o una anormalidad! Exactamente igual que hace cien años, cuando se toleraba el uso del catalán nada más a quien no dominase el castellano.
La verdad, me siento un poco desencantado. Yo que he luchado toda la vida para que en Cataluña todos tengan los mismos derechos, todos puedan hablarse en su lengua y entendernos todos en las dos lenguas, ahora resulta que estamos allí mismo, con una lengua obligatoria y otra lengua prohibida. Hemos cambiado la lengua, pero no el escenario: continuamos haciendo la misma comedia.
Para mí, el derecho al catalán no pasa por la prohibición del castellano. Más bien todo lo contrario: el derecho al catalán es un caso particular del derecho a la lengua. Por lo tanto, quien prohiba el uso del castellano se está cargando también el derecho al catalán. ¡Cuidado!
Pero, además, estoy seguro de que este derecho es perfectamente legal: es decir, que os habeis pasado de rosca en vuestra interpretación de "lengua vehicular". Que sois más papistas que el Papa, en fin. Lo dicen muy claro desde el Estatuto ("La Generalidad garantizará el uso en pie de igualdad de las dos lenguas") hasta la Ley del Catalán, según la cual cualquier ciudadano puede dirigirse a la Administración en la lengua oficial que prefiera. Sobre esto, quiero hacer una consulta al Síndic de Greuges: ya os enviaré la respuesta.

Un abrazo,
Jesús


Losantos sigue explicando las aventuras de Royo. Os resumo. Se pone en contacto con los que por entonces eran el Síndic de Greuges y el Defensor del Pueblo, Cañellas y Álvarez de Miranda respectivamente...El intercambio de misivas es muy interesante y el resultado la Catalunya que tenemos hoy en día.

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