viernes, 14 de septiembre de 2012

El prestigio de la lengua


El nacionalismo catalán contaba, por el contrato, con un doble bagaje: el desarrollo industrial y el movimiento cultural denominado Renaixença, con representantes ilusrres como Jacinto Verdaguer. Eso propició una circunstancia decisiva en el devenir de la lengua catalana. Aunque hasta el siglo XIX los monolingües en catalán habitaran en las zonas rurales y más atrasadas, poco a poco las clases acomodadas surgidas al amparo del desarrollo económico hicieron suya la lengua, lo que no ocurrió entre las élites vascas, y esto otorgaría posteriormente al catalán un prestigio del que carecieron el euskera y el gallego, asociados a los caseríos y las aldeas. Esa consideración sería decisiva a lo largo del siglo XX para contrarrestar la masiva llegada de inmigrantes castellanohablantes.


Lenguas en guerra, IRENE LOZANO

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