miércoles, 12 de septiembre de 2012

Simbólico


Cuando los diputados de ERC reivindican el derecho a emplear la lengua propia en las Cortes, lo de menos es la reclamación concreta, que nos otorgaría el sublime espectáculo de ver a 350 diputados con un idioma común enganchados a los cascos de la traducción simultánea. El objetivo es mucho más simbólico: ocultar su destreza en el manejo de la lengua española, orillar ese vínculo que los une al resto de sus señorías, a los pueblos de España y a los camareros de los restaurantes cercanos a la Carrera de San Jerónimo. El fin es dar la impresión de que el castellano no es también la lengua propia de los catalanes.


Lenguas en guerra, IRENE LOZANO.

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